El euskera se utiliza principalmente en las tareas de gestión del club y en las actividades deportivas; un uso vinculado sobre todo a las relaciones y la sociabilidad. El equipo directivo y la afición llevan adelante el club; deportistas y entrenadoras/es encarnan la práctica deportiva. Las lenguas entretejen esta compleja red. Las lenguas son imprescindibles porque los clubes -en sentido amplio- son espacios de socialización, comunicación y educación. El euskera tiene un peso y características diferentes en cada área.
Cuando se trata de niñas/os (sobre todo pequeñas/os) y adolescentes, se tiende a incrementar el uso del euskera. De hecho es la práctica más extendida cuando las y los entrenadores dominan la lengua. En estos casos, se percibe una mayor similitud entre los ámbitos deportivos y escolares: gracias a la escuela el euskera se está extendiendo entre las generaciones jóvenes, y eso tiene su reflejo en el contexto deportivo. Esta tendencia que se considera como un devenir “natural”, encuentra, no obstante, distintos obstáculos. Se han subrayado dos. Por una parte, la dificultad, en ocasiones, para encontrar entrenadoras/es euskaldunes. Por otra parte, la limitada capacidad lingüística y escasa motivación mostrada por parte de algunas y algunos jóvenes. Todo esto provoca situaciones diversas. En algunos equipos predomina el castellano. En otros se alternan ambas lenguas. Y, por último, se ha constatado la existencia de equipos que funcionan mayormente en euskera, influidos tanto por entrenadoras/es como por deportistas.
Al igual que en el campo de juego, en las oficinas del club también se dan diferentes situaciones. Entre los principales retos lingüísticos se han mencionado el funcionamiento puertas adentro y el día a día, ya que, salvo excepciones, la comunicación y dinámicas internas (reuniones, etc.) se realizan en castellano. Por su parte, en relación al paisaje lingüístico del club (instalaciones deportivas, ofici-nas, etc.), el protagonismo es, mayormente, de las dos lenguas. Igualmente, en las actividades y la comunicación hacia el exterior (mensajes, noticias, etc.) el euskera tiene un peso importante. Los sitios web y las redes sociales de estos clubes dejan constancia de ello.
Sin embargo, en ausencia de un protocolo, la gestión lingüística se convierte en algo a decidir en cada momento. Si no hay un criterio claro marcado a nivel de club, todo queda en intentos, deseos, ganas o suposiciones. Y muchas veces no resulta fácil acertar.