Como es habitual, hemos dejado para el final las conclusiones, lo que está por terminar, y lo que resulta inevitablemente provisional, porque en 2022 Euskara Kirolkide traerá consigo nuevas tareas.
Hemos resumido en diez puntos los resultados del proceso desarrollado hasta la fecha.
1.- La noción de espacio seguro nos abrió la puerta a una nueva investigación…
Al hablar de espacio seguro nos referimos a las condiciones secundarias necesarias para el uso del euskera (Ramallo, 2020): además del propio conocimiento de la lengua, se trataría de otras condiciones relacionadas con el contexto. Un entorno de confianza crea un clima, situaciones o momentos propicios para que quienes participan en él experimenten con la lengua. El sentido de grupo o equipo, la participación activa y su carácter procesual son algunos de los elementos que caracterizan un espacio seguro. En él, la lengua puede ser un aspecto clave para fortalecer las relaciones grupales, y también para trabajar la creatividad y asumir riesgos como hablante. Allí, la lengua se puede ver como un proceso en y del que todo el mundo aprende. En resumen, cuando caracterizamos los clubes como entornos de confianza atendemos a tres ámbitos: el contexto y estructura que conforman el club, el trabajo en equipo que se lleva a cabo en él mismo y, por último, la participación individual.
2.- … y la propia investigación se convirtió en espacio seguro.
Hemos dado el salto de la teoría a la práctica, y hemos tratado de convertir la propia investigación en un entorno de confianza. Allí, el equipo directivo del club se ha convertido en colaborador del proceso de investigación. Se ha establecido una red de contactos entre personas investigadoras y participantes en la investigación. Asimismo, la propia investigación ha sido espacio y momento, para que las y los miembros del club reflexionen y compartan sus inquietudes con las personas investigadoras. Ha habido escucha mutua, colaboración y co-creación. Finalmente, la investigación se ha planteado como proceso, se ha ido alimentando paso a paso, se ha ido construyendo. Ha sido camino y aprendizaje. Y de esta forma, la noción de espacio seguro, su definición, se ha convertido en objetivo e instrumento.
3.- Emerge una revelación: clubes, pequeñas culturas
La colaboración con los equipos directivos de los clubes nos ha permitido conocer y vivir de cerca estas entidades. Esta experiencia nos ha llevado a interpretar los clubes como pequeñas culturas que, no sólo se dedican al deporte, sino que toman parte de la sociedad en general. Impulsados por el deseo de formar un grupo, los clubes han ido desarrollando una historia y una identidad, siempre en consonancia con el contexto cercano, en interrelación y tejiendo redes. Organización, gestión y rutina son elementos que convierten a los clubes en entidades, más allá de los sentimientos o valores simbólicos. Por último, hemos visto que los clubes también son creadores de cultura, y artefactos de creación cultural. Tienen presencia en la sociedad, reciben de ella e influyen en ella. En consecuencia, los clubes deportivos reúnen características y requisitos para constituir entornos de confianza.
4.- Y el euskera forma parte de esas pequeñas culturas.
En esas pequeñas culturas, el euskera está presente. Porque también está ahí incluso cuando no está. En la investigación se han analizado tres dimensiones de la lengua: las ideologías lingüísticas, las prácticas lingüísticas y las vivencias lingüísticas. En las tres surgen luces y sombras relacionadas con el uso del euskera. A menudo el euskera aparece en los discursos cuando se habla de la identidad o el carácter del equipo. El euskera –dicen– sería un rasgo diferenciador, pero se corre el riesgo de limitarse a ello. En los clubes hemos detectado la voluntad, mayor o menor, de apostar por el euskera, pero el salto a la práctica es difícil. Las decisiones relativas a la lengua se deben tomar a cada momento y, en consecuencia, predomina la provisionalidad y la improvisación.
Hay pocas normas y/o procedimientos relativos al uso o la presencia del euskera. No se toman decisiones pausadas sobre la gestión de las lenguas. Por otro lado, los clubes son conscientes del abismo existente entre la escuela/familia y la calle. Fuera de estos dos ámbitos, el euskera se percibe desamparado, y los clubes deportivos son reflejo de esta realidad. A veces se esfuerzan en vano, tratando de llenar ese vacío. Pero dudan sobre cómo hacerlo. Por último, se puede decir que la experiencia de los clubes con el euskera es agridulce. Por un lado, la lengua ocupa un lugar privilegiado en fiestas y celebraciones, ya sea a la hora de aplaudir las victorias del club, ya sea en iniciativas vinculadas al euskera (Korrika, Euskaraldia, etc.), pero, por otro lado, se detectan tensiones e incomodidades en el ámbito de las relaciones: lagunas de conocimiento entre trabajadoras/es o entrenadoras/es, falta de costumbre en el uso…
5.- Hoy en día, el euskera es un agente débil, pero de gran potencial en los clubes
Por todo lo anterior, una de las principales conclusiones del estudio es que el euskera tiene potencial en el ámbito deportivo, y especialmente en el contexto de los clubes deportivos. Tiene potencial porque cuenta ya con una presencia importante en la realidad de los clubes y en su contexto, y porque está ya integrado en diversas dinámicas deportivas. Porque se sitúa no sólo en la historia pasada de los clubes, sino también en su presente; porque despierta preocupación e interés; porque se están haciendo esfuerzos por incorporar el euskera en los procesos de mejora de los clubes. Y porque los clubes trabajan sobre todo con niñas/os, adolescentes y jóvenes euskaldunes.
Sin embargo, la situación actual del euskera en el deporte y en los clubes deportivos es frágil. Esa es la segunda gran conclusión de la investigación. Débil, porque muchas veces su presencia se caracteriza por la provisionalidad; porque en muchos casos su uso depende de la voluntad (o de la actitud de determinadas personas). Débil, porque es difícil ir más allá de lo simbólico. Y porque todavía no se percibe con claridad cuál es el papel del deporte en el proceso de revitalización del euskera.
6.- Incluso en los momentos difíciles de una pandemia…
El proyecto Euskara Kirolkide ha dado su segundo paso en 2021. En plena pandemia, acudimos a seis clubes deportivos, y nos abrieron sus puertas, a pesar de la difícil situación que se estaba viviendo. Queremos hacer hincapié en ello. Y dar las gracias. Aunque las distancias de seguridad y las mascarillas han formado parte de la investigación, no nos han hecho perder la ilusión de realizar trabajo de campo. Esa forma de trabajar ha sido fundamental para poder conocer en primera persona el día a día de los clubes. Y consideramos indispensable acercarnos a esa realidad para poder proponer iniciativas que incidan en el aumento de la presencia del euskera en los clubes.
7.- … el foco en las relaciones…
Teniendo en cuenta los resultados del proyecto D ereduko kirola, desarrollado previamente, y el marco teórico definido en 2020, 2021 supuso una nueva fase. En este caso, nuestro objetivo ha sido contactar con varios clubes deportivos, con la intención de entender qué es y en qué consiste un club. Consideramos imprescindible adentrarnos en esta realidad, porque creemos que a través de ella se genera conocimiento. Hemos puesto el foco en las relaciones: con el equipo directivo del club, con los espacios del club, con sus rutinas y con el lugar y los modos de vida que configuran el contexto del club.
8.- … completando una etnografía sensorial…
Con la intención de recoger, mostrar y compartir lo que hemos visto, oído, olido, tocado, sentido y vivido en estos clubes, hemos intentado buscar el formato más adecuado para su difusión. Esta web ha sido diseñada y elaborada basándonos en la etnografía sensorial, con el objetivo de poder comunicar los resultados de la investigación de la forma más cercana y directa posible. Para que quien lo desee pueda ver, escuchar y vivir cada uno de estos clubes.
9.- … para avanzar en la investigación sociolingüística.
Creemos que actualmente se está produciendo un giro muy interesante en la sociolingüística vasca que pone a las personas hablantes en el centro, asumiendo su diversidad y complejidad, y, enfrentando investigación y vida, construyendo conocimiento de forma compartida. La persona investigadora, convertida en compañera de viaje, tiene único objetivo: sumergirse en los afectos. Por un lado, que el conocimiento generado tenga la capacidad de influir en la realidad y en las personas; que el conocimiento sea transformador. Y por otro, incidir en la propia persona investigadora: una vez concluida la investigación, ésta no puede seguir siendo la misma persona. Deben surgir preguntas para un nuevo comienzo. De lo contrario, el camino se podría dar por finalizado.
10.- Nuevas preguntas en el terreno de juego
Si desde la mirada de niñas/os, adolescentes y jóvenes la escuela y la familia son hoy en día los dos pilares fundamentales del euskera, ¿qué lugar debe tener el deporte? Y en ese camino, ¿qué políticas, planes o instrumentos pueden generarse desde la realidad, atributos y necesidades de los clubes?
Ya tenemos nuevas preguntas y retos para seguir avanzando.